En un reciente estudio realizado, se ha revelado que hasta el 85 por ciento de las mujeres mexicanas ha experimentado el síndrome del impostor en algún momento de sus vidas. Este fenómeno psicológico se caracteriza por la auto-duda persistente acerca de las habilidades, logros y competencias, a pesar de evidencias externas de éxito.
El estudio destaca que, aunque el síndrome del impostor puede afectar a cualquier género, las mujeres son más propensas a sufrirlo debido a las expectativas sociales y culturales que enfrentan en su día a día. Estas expectativas a menudo las llevan a subestimar su propio valor y capacidad en el ámbito profesional.
“Muchas mujeres sienten que no merecen sus logros y temen ser ‘descubiertas’ como un fraude; esto no solo afecta su rendimiento laboral, sino también su bienestar emocional y mental”, explica Ana Gómez, psicóloga especializada en salud mental femenina.
En México, el impacto del síndrome del impostor se agrava por factores estructurales como la brecha salarial de género y el acceso limitado a oportunidades de liderazgo para las mujeres. A pesar de los avances, muchos entornos laborales siguen estando dominados por una cultura empresarial que privilegia el éxito de los hombres, lo que refuerza las inseguridades de las mujeres en posiciones similares.
Para enfrentar esta problemática, los expertos recomiendan la implementación de programas de mentoría y redes de apoyo que fomenten la confianza en las habilidades femeninas. Además, promover una cultura de reconocimiento en el trabajo y brindar capacitación en temas de diversidad e inclusión puede ser crucial para mitigar los efectos del síndrome del impostor y fomentar un entorno laboral más equitativo.
“Es fundamental que las empresas y la sociedad en general trabajen para acabar con los estigmas vinculados a las capacidades de las mujeres y así empoderarlas para que ocupen su lugar legítimo en la economía”, concluye Gómez.
Con estos esfuerzos, se espera no solo reducir la incidencia del síndrome del impostor entre las mujeres, sino también avanzar hacia un México más inclusivo y equitativo en términos laborales.