Es poco probable que se impongan aranceles en esos niveles, pero si el expresidente Donald Trump decide seguir adelante con su propuesta de un arancel universal del 10%, esto podría tener un impacto significativo en la economía de Estados Unidos. Según un análisis reciente, dicha medida podría añadir hasta 1.8 puntos porcentuales a la inflación, lo que provocaría un alza inmediata en lugar de un efecto prolongado. Además, se estima que esta política podría reducir la producción económica en alrededor de un punto porcentual.

Por otro lado, el aumento de los aranceles al 60% sobre productos chinos no se quedaría atrás en cuanto a sus repercusiones. Este incremento podría añadir hasta 1.2 puntos porcentuales a la inflación, afectando así el costo de vida de los consumidores estadounidenses. A su vez, la producción económica podría experimentar una disminución de aproximadamente 0.5 puntos porcentuales, lo que supondría una desaceleración en varios sectores productivos.

La agencia calificadora S&P Global Ratings ha expresado preocupación sobre estos posibles movimientos comerciales y su impacto en la economía. S&P ha advertido que podría reconsiderar la calificación crediticia de Estados Unidos, actualmente en AA+, en los próximos dos o tres años. Esto sucedería si los eventos políticos debilitan la fortaleza de las instituciones estadounidenses, ponen en riesgo el dólar como la principal moneda de reserva mundial, o si el déficit fiscal, ya considerable, sigue aumentando.

Según sus proyecciones actuales, S&P anticipa que el déficit público de Estados Unidos se mantendrá en niveles similares a los actuales.

Estas preocupaciones se enmarcan en un contexto económico global incierto, donde los cambios en políticas comerciales y fiscales podrían tener efectos dominó en economías alrededor del mundo, incluida la de México. Los analistas continúan monitoreando de cerca los desarrollos para evaluar cómo podrían repercutir en mercados y consumidores.