El panorama económico de México para 2025 está estrechamente vinculado al fortalecimiento del mercado interno y un aumento en la inversión, según informes recientes. La dinámica interna se perfila como un elemento crucial para la recuperación económica, impulsada principalmente por el consumo de los hogares y la inversión pública y privada.
En este contexto, las reformas estructurales que se han implementado en los últimos años juegan un papel vital. Estas reformas están destinadas a crear un ambiente más propicio para los negocios y a incrementar la competitividad del país en la escena internacional. También se espera que estimulen la infraestructura, un sector que ha tenido una baja histórica en inversiones.
El crecimiento económico está proyectado a repuntar gracias al impulso de la inversión, tanto extranjera como nacional. Estrategias como la simplificación de trámites para la creación de empresas y la promoción de sectores clave, como la tecnología y la manufactura avanzada, están diseñadas para fomentar un ambiente de negocios más dinámico.
“La inversión es un pilar fundamental para el desarrollo económico de México. Sin esta, es imposible sostener un crecimiento duradero y sustentable”, mencionó un economista experto.
Por otro lado, el consumo interno se presenta como otro motor de crecimiento, impulsado por un incremento en el poder adquisitivo de los mexicanos. El salario mínimo ha experimentado incrementos importantes, y se espera que continúe esta tendencia, lo que a su vez fortalece el gasto interno. Además, las remesas, que han mostrado un flujo sólido, también contribuyen al dinamismo del mercado interno.
Sin embargo, el panorama no está exento de desafíos. La economía mundial enfrenta tensiones que podrían afectar las exportaciones mexicanas y, a su vez, influir en la balanza comercial. Asimismo, la inflación sigue siendo una preocupación, a pesar de los esfuerzos del Banco de México para mantenerla bajo control.