La actividad económica de México mostró una moderación en su ritmo de crecimiento durante los primeros ocho meses del año, según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Aunque la tendencia se mantiene positiva, el incremento fue más contenido comparado con el mismo periodo del año anterior.
Entre enero y agosto, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) reflejó un avance del 3.1% en términos anuales. Esta cifra, aunque positiva, muestra una desaceleración respecto al incremento del 4.3% registrado en 2022 para el mismo lapso. La economía continúa expandiéndose, pero enfrenta desafíos tanto a nivel interno como externo que han afectado su dinamismo.
Uno de los factores que ha influenciado esta moderación es la incertidumbre global, que impacta la demanda externa de productos mexicanos. Además, la política monetaria restrictiva implementada por el Banco de México ha comenzado a tener efectos en el consumo y la inversión, lo que se refleja en la actividad económica.
Por sectores, el manejo ha sido mixto. Las actividades terciarias, que incluyen comercio y servicios, mostraron un crecimiento del 3.5%, liderando el dinamismo económico del país. En contraste, las actividades secundarias, como manufactura y construcción, presentaron un crecimiento más modesto del 2.2%, afectadas por factores como la escasez de insumos y los altos costos de energía.
En cuanto a las actividades primarias, asociadas con la agricultura, ganadería, pesca y silvicultura, también experimentaron un crecimiento del 3.0%, beneficiándose principalmente de mejoras en las condiciones climáticas y de mercado.
“El crecimiento económico aunque moderado sigue apuntalado por el dinamismo del mercado interno y la resistencia del sector servicios”, señaló un analista del sector.
A pesar de las dificultades actuales, las perspectivas para lo que resta del año se mantienen optimistas, aunque con prudencia, mientras el país se adapta a un entorno económico desafiante.