Lejos de los estereotipos comunes, un trabajador informal no se limita a vender ropa o comida en un puesto ambulante. La informalidad laboral es mucho más diversa, abarcando sectores que van desde el agropecuario hasta el gubernamental, incluyendo a profesionales que reciben honorarios y que, pese a pagar impuestos, no tienen acceso a la seguridad social, explica Ytzel Maya, Coordinadora de Datos de Oxfam México.
El informe El laberinto de la informalidad, presentado por Oxfam y México ¿Cómo Vamos?, revela las múltiples dimensiones de este fenómeno en el país. Contrario a la creencia de que las personas en la informalidad operan en actividades ilícitas o no pagan impuestos, se encontró que el 27.8% de ellas laboran en el sector informal, el 13.5% en empresas, gobierno e instituciones, el 9% en el ámbito agropecuario y el 3.9% en el trabajo doméstico remunerado.
Las diferencias de género son evidentes, ya que los hombres han ganado más que las mujeres en casi todas las formas de informalidad laboral. Es un reflejo de que trabajar en la informalidad no es, generalmente, una elección, sino una imposición estructural. Mientras el ingreso promedio en un empleo formal es de 13,011.20 pesos mensuales, en la informalidad cae a 6,924.5 pesos, apenas suficiente para adquirir 1.5 canastas básicas.
El problema tiene aristas socioculturales y económicas. La informalidad afecta más a mujeres casadas con hijos de zonas rurales, y con poca escolaridad. Maya señala:
La informalidad laboral afecta de manera desproporcionada a las mujeres. Es crucial implementar un sistema integral de cuidados que permita que el cuidado no sea un obstáculo para el desarrollo personal y laboral de las mujeres.
Axel González, especialista de México ¿Cómo Vamos?, agrega que la baja productividad de las MiPymes y la informalidad son interdependientes. El 95% de las unidades económicas son MiPymes, que suelen carecer de los recursos necesarios para formalizar sus operaciones. González propone líneas de financiamiento más accesibles y cuotas diferenciadas de seguridad social para fortalecer este sector.
Finalmente, el estudio enfatiza la necesidad de que el gobierno aumente los recursos destinados a la seguridad social, para así asegurar derechos laborales, independientemente del estatus formal o informal de los trabajadores.