Las principales armadoras automotrices en Estados Unidos comienzan a prepararse para un posible regreso de Donald Trump al poder, tras las elecciones presidenciales de 2024. Su administración anterior se caracterizó por una política proteccionista que afectó la industria manufacturera, especialmente a las plantas ubicadas en México.
Desde que Trump dejó la Casa Blanca en 2021, las relaciones comerciales entre Estados Unidos y México han sido más estables. Sin embargo, muchas armadoras están evaluando el impacto que tendría una segunda administración Trump, que podría reinstaurar políticas como los aranceles a las importaciones. Durante su mandato, Trump impulsó la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), dando lugar al actual Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Ejecutivos de la industria temen que un retorno de Trump pueda enfocar nuevamente las políticas hacia el proteccionismo, lo cual afectaría las cadenas de suministro que se han globalizado en las últimas décadas. Un ejecutivo de una reconocida armadora comentó:
“Estamos analizando todas las opciones para asegurarnos de estar preparados, independientemente de lo que suceda en las próximas elecciones en Estados Unidos.”
En respuesta, algunas compañías han comenzado a diversificar sus operaciones para mitigar el impacto de eventuales cambios políticos. Esto incluye considerar otros mercados para sus inversiones así como el reajuste de sus plantas de producción para depender menos de países específicos.
No obstante, la dependencia mutua entre las economías de Estados Unidos y México plantea un reto significativo. El sector automotriz en América del Norte está interconectado: piezas fabricadas en México son esenciales para el ensamblaje de vehículos en Estados Unidos y viceversa. Esto complica los esfuerzos de cambio brusco en las políticas de producción y comercio.
Si bien el futuro político en Estados Unidos sigue siendo incierto, las armadoras buscan prepararse para todos los escenarios posibles, contemplando tanto el retorno de Trump como la continuidad de políticas más liberales de comercio.