La preocupación entre analistas y empresarios está en aumento debido a que los programas sociales, tanto los implementados por López Obrador como los nuevos de Claudia Sheinbaum, podrían volver insostenible el gasto público en los próximos años. Aunque existen presiones sobre el gasto que se intensificarán, es vital evaluar cuánto de esto se debe realmente al aumento en el gasto social.
Un poco de contexto histórico: los programas sociales, agrupados bajo “protección social” en los informes de la Secretaría de Hacienda, representaban el 21.7% del gasto programable al final del mandato de Enrique Peña Nieto. Al comenzar 2019, estos programas experimentaron un incremento real del 15.3%, la más alta del sexenio. Para 2024, este rubro había crecido un 67.8%, alcanzando el 30.1% del gasto programable, con un aumento de 8.4 puntos porcentuales.
Con estimaciones para 2025 que sitúan el gasto programable en 6.6 billones de pesos, el gasto adicional en programas sociales durante el sexenio asciende a 554 mil millones de pesos. Aunque es una suma considerable, no parece suficiente para provocar una crisis fiscal.
El problema realmente radica en la suma de otros gastos significativos. Los pagos por pensiones crecieron un 33.2% en términos reales, aumentando del 19.4% en 2018 al 21.6% en 2024 del gasto programable, sumando 145 mil millones de pesos. El costo financiero del sector público se incrementó en un 37.1%, pasando del 15.1% al 16.8% del gasto programable, representando 112 mil millones de pesos adicionales. La inversión pública también subió del 15.2% al 17.2%, un aumento de 130 mil millones de pesos.
En total, el sexenio de AMLO ha visto un incremento de 941 mil millones de pesos en estos rubros, aumentando significativamente la presión sobre el gasto público. Con este escenario complejo, se espera un ajuste importante en 2025, que traerá más gasto y endeudamiento. El desafío para Sheinbaum es considerable, pero no insuperable.