La regulación de la inteligencia artificial (IA) en México podría materializarse en un plazo de dos años, según expertos del sector tecnológico. Este proceso, aunque aún en etapas iniciales, ya se perfila como una necesidad imperante debido al creciente uso de tecnologías avanzadas en diversas industrias.
Actualmente, no existe un marco legal específico que regule el uso de la IA en el país, lo que representa tanto un desafío como una oportunidad para las autoridades mexicanas. Diversos sectores han manifestado su preocupación respecto a las implicaciones éticas y de privacidad que estas tecnologías podrían acarrear. Esto refuerza la urgencia de establecer normativas que garanticen su uso responsable.
“La inteligencia artificial tiene el potencial de transformar muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, pero este poder también conlleva responsabilidades. La regulación debe ser priotizada para asegurar que su impacto sea positivo y equitativo”, comentó un experto del sector durante un reciente foro en la Ciudad de México.
Por su parte, el Gobierno mexicano está dando los primeros pasos para entender mejor el ecosistema de la IA y sus posibilidades. Se han llevado a cabo reuniones y consultas con diversos actores, incluyendo académicos, empresarios y organizaciones no gubernamentales, para sentar las bases de una regulación efectiva.
“Estamos comprometidos con un enfoque inclusivo y multisectorial que reúna las perspectivas de todos los interesados en la elaboración de un marco que sea justo y eficaz”, mencionó un representante del gobierno.
A nivel internacional, países como la Unión Europea ya han puesto en marcha legislación en esta materia, sirviendo como referencias útiles para México. Sin embargo, los expertos subrayan que el contexto mexicano presenta particularidades que deben ser consideradas al momento de diseñar cualquier regulación.
El desarrollo de estándares claros y la promoción de la innovación responsable serán, sin duda, fundamentales para que México no sólo se adapte a la IA, sino que también pueda aprovecharse de sus beneficios potenciales de manera segura y sostenible.