En el norte de México, los ganaderos enfrentan una creciente preocupación debido a la falta de protocolos claros para manejar el ganado infectado con enfermedades altamente contagiosas. Esta situación ha provocado un llamado urgente a las autoridades para que implementen medidas eficaces que protejan no solo la salud del ganado, sino también la economía del sector.
Los dirigentes de las asociaciones ganaderas han manifestado su inquietud por la ausencia de directrices claras que permitan actuar rápidamente ante brotes de enfermedades. Según ellos, esto pone en riesgo no solo sus inversiones, sino también la estabilidad de un sector clave en la economía nacional. Las enfermedades del ganado pueden causar pérdidas millonarias si no son controladas adecuadamente y a tiempo.
“La falta de protocolos específicos nos deja en una situación vulnerable. Estamos pidiendo a las autoridades que establezcan un plan integral que incluya medidas de prevención, detección rápida y control eficaz de las enfermedades,” declaró un portavoz de la asociación ganadera de la región.
El temor de los ganaderos va más allá de las pérdidas económicas directas. Temen que, sin un manejo adecuado, el mercado de exportaciones de carne mexicana pueda verse afectado por las restricciones internacionales. Los socios comerciales podrían considerar que el país no toma en serio la bioseguridad animal, lo que podría perjudicar la reputación de la carne mexicana en el exterior.
Expertos en salud y economía agropecuaria han señalado que es crucial que las autoridades trabajen de manera preventiva y colaborativa con el sector ganadero. Recomiendan no solo la creación de protocolos, sino también la educación continua y la actualización de los ganaderos sobre las mejores prácticas para manejar brotes de enfermedades.
A medida que la presión aumenta, se espera que las autoridades federales y locales tomen medidas concretas para proteger uno de los pilares más importantes del sector agropecuario y, por ende, de la economía mexicana.