El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha lanzado una alerta sobre las perspectivas de crecimiento global, dando a conocer un panorama de bajo crecimiento para los próximos años. Según el organismo, el mundo se enfrenta a un entorno económico desafiante, marcado por un endeudamiento elevado en muchas regiones y una desaceleración en las grandes economías. Esto representa un reto significativo para los responsables de políticas económicas que intentan fomentar el crecimiento mientras mantienen la estabilidad financiera.
“Es preocupante que el crecimiento global se mantenga por debajo de su promedio histórico en el mediano plazo,” comentó un portavoz del FMI.
El informe destaca cómo el aumento de la deuda, tanto pública como privada, podría limitar la capacidad de los gobiernos y las empresas para responder eficazmente a futuras crisis económicas. La deuda global ha alcanzado niveles que no se veían desde hace décadas, impulsada en parte por los esfuerzos para mitigar los efectos económicos de la pandemia de COVID-19. Esto, combinado con otras presiones financieras y geopolíticas, como el cambio climático y los conflictos internacionales, ha creado un cóctel económico complejo.
Las naciones en desarrollo enfrentan dificultades adicionales, ya que a menudo experimentan costos crediticios más altos y un acceso limitado a los mercados de capital internacionales. Estas economías están especialmente expuestas a las fluctuaciones en los precios de las materias primas y dependen en gran medida de las exportaciones. La debilidad en la demanda mundial puede, por lo tanto, tener un impacto particularmente negativo en estas regiones.
“Es crucial que los países refuercen sus marcos políticos y busquen políticas de crecimiento sostenibles para enfrentar estos desafíos,” instó el FMI.
Ante esta situación, el FMI insiste en la necesidad de implementar reformas estructurales y de mejorar la cooperación internacional. Además, subraya la importancia de políticas fiscales y monetarias prudentes para manejar la deuda de manera efectiva y mantener la confianza de los inversionistas. En conclusión, el organismo advierte que sin una acción concertada, el camino hacia la recuperación económica global será largo y arduo.