El excanciller Marcelo Ebrard ha expresado su preocupación sobre un posible descalabro para México en el panel de resolución de disputas instaurado por Estados Unidos en el marco del T-MEC, específicamente en relación con las importaciones de maíz transgénico y productos biotecnológicos. Esta situación se deriva de la controversia entre ambos países sobre la política del Gobierno mexicano de prohibir el uso del maíz genéticamente modificado para consumo humano.
Ebrard, quien ha manifestado repetidamente su opinión sobre esta cuestión, argumenta que la postura adoptada por el Ejecutivo mexicano podría resultar en un fallo adverso en el panel de arbitraje internacional. Según el excanciller, las implicaciones de un resultado negativo podrían tener impactos significativos en sectores económicos vitales para el país, debido a las posibles represalias comerciales por parte de Estados Unidos.
“He advertido que el caso del maíz podría llevarnos a un mal desenlace en el panel. Es un riesgo claro si seguimos adelante con la prohibición de manera unilateral, sin buscar una solución negociada con Estados Unidos”, declaró Ebrard en una reciente entrevista.
El exfuncionario ha subrayado la importancia de establecer un diálogo constante y constructivo con los socios comerciales norteamericanos para evitar afectaciones innecesarias a la economía mexicana. Ebrard ha destacado también la importancia de la ciencia y la tecnología en estos debates, sugiriendo que el Gobierno debe contar con asesoramiento técnico antes de tomar decisiones de gran impacto internacional.
Por su parte, la administración actual ha reafirmado su compromiso con la salud pública y el derecho a consumir alimentos libres de transgénicos. Sin embargo, las presiones desde Washington se han intensificado, con Estados Unidos argumentando que la prohibición carece de base científica y representa un obstáculo al comercio internacional.
Con el panel en marcha, la atención está puesta en las posibles consecuencias para México y en cómo las relaciones comerciales entre ambos países podrían reajustarse tras el fallo. Según expertos, el desenlace marcará un precedente importante en las políticas de regulación de biotecnología en el contexto de acuerdos comerciales internacionales.