México ha acumulado un total de 64 disputas comerciales con Estados Unidos desde la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2020, lo que marca un incremento significativo en comparación con las diferencias registradas bajo el anterior Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Según datos proporcionados por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), este número refleja la complejidad de la relación comercial entre ambos países.
Estas disputas abarcan una variedad de sectores, desde el agrícola hasta el automotriz, y son vistas por algunos como una medida del dinamismo de la relación económica bilateral. Según los expertos del IMEF, una de las principales causas de estas controversias radica en la interpretación de las reglas de origen, que son esenciales para determinar si un producto puede disfrutar de los beneficios arancelarios del T-MEC.
El presidente del IMEF ha señalado que, a pesar de las tensiones, el comercio entre México y Estados Unidos sigue siendo robusto y fundamental para ambas economías. Bajo el T-MEC, las reglas se han vuelto más estrictas, lo que ha llevado a un mayor escrutinio y, por ende, más desacuerdos. No obstante, esto también ofrece oportunidades para mejorar las prácticas comerciales y fomentar el crecimiento económico mutuo.
“A pesar de las diferencias, es importante destacar que el diálogo y la consulta son componentes esenciales del T-MEC, permitiendo resolver las disputas de manera ordenada y constructiva,” comentó un analista del instituto.
Además de las disputas bilaterales, México también enfrenta retos comerciales derivados de políticas estadounidenses relacionadas con los subsidios agrícolas y las normas de etiquetado. Estos temas son cruciales para sectores clave de la economía mexicana, y su resolución es fundamental para garantizar un mercado equitativo.
En general, los especialistas del IMEF creen que el manejo adecuado de estas disputas puede fortalecer la integración económica de América del Norte y promover un entorno más competitivo que beneficie a todas las partes involucradas. Por ello, continúan abogando por una negociación eficiente y basada en el respeto mutuo de los acuerdos establecidos.