En un contexto de preocupación creciente entre los sectores empresariales, la inversión en obra pública en México ha registrado una notable disminución, lo que ha encendido las alertas en la iniciativa privada. Según reportes recientes, el presupuesto destinado a proyectos de infraestructura, que históricamente ha sido un motor clave para el crecimiento económico, ha sufrido recortes significativos en comparación con ejercicios fiscales anteriores.
La reducción en la inversión pública afecta directamente a numerosas industrias, desde la construcción hasta el suministro de materiales y servicios asociados. Los empresarios señalan que este ajuste no solo representa un desafío inmediato, sino que también compromete el potencial de recuperación económica en el mediano y largo plazo, especialmente en un contexto post-pandémico donde la reactivación económica es crucial.
Expertos en economía argumentan que, en un país con grandes necesidades de infraestructura como México, mantener o incrementar el gasto en obra pública resulta esencial para generar empleos y estimular el crecimiento económico. El sector privado, que tradicionalmente ha colaborado en alianzas con el gobierno para el desarrollo de infraestructura, ahora enfrenta un panorama incierto.
“La disminución en la inversión pública es preocupante porque el sector de la infraestructura es fundamental para el desarrollo económico y social del país. Sin estas inversiones, el ritmo de crecimiento podría verse afectado”, comentó un representante de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
Además, la falta de inversión pública puede tener un impacto en la confianza de los inversores extranjeros, quienes consideran la estabilidad y el compromiso gubernamental como factores críticos al momento de tomar decisiones de inversión. La comunidad empresarial ha instado al gobierno a reconsiderar sus prioridades presupuestales y a buscar mecanismos que permitan una mayor participación del sector privado en proyectos de infraestructura, mitigando así los efectos negativos de la reducción en el gasto público.