Un reciente análisis del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) ha avivado el debate sobre el déficit fiscal en México y sus posibles impactos en la economía del país. Según el IMEF, reducir el déficit fiscal al 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) podría tener consecuencias significativas, entre ellas, la posibilidad de desencadenar una recesión económica.

El IMEF, una organización que agrupa a destacados profesionales en finanzas y economía, subraya que un ajuste repentino y severo del déficit fiscal podría resultar contraproducente para la economía mexicana, que ya enfrenta diversos desafíos a nivel global y nacional. El análisis insiste en la prudencia fiscal, destacando que los recortes drásticos en el gasto podrían sofocar la demanda interna e inhibir el crecimiento económico.

“Reducir el déficit de manera abrupta en las condiciones actuales podría llevar a un freno en la actividad económica, afectando el empleo y el bienestar de la población”, señalaron fuentes del IMEF.

En este contexto, el debate se centra en cómo balancear la necesidad de una disciplina fiscal con la necesidad de estimular un crecimiento sostenible. El informe del IMEF advierte que la economía mexicana requiere de un marco fiscal que combine responsabilidad con estrategias de promoción del crecimiento. En lugar de ajustes severos, sugiere implementar reformas estructurales que fortalezcan la recaudación sin comprometer el gasto público necesario para catalizar la inversión y el consumo.

El panorama internacional también juega un papel crucial en las decisiones fiscales de México. La desaceleración económica global y las tensiones geopolíticas añaden incertidumbre al entorno económico, elevando la importancia de políticas fiscales bien calibradas. El IMEF recomienda que las autoridades mexicanas mantengan un enfoque flexible y multidimensional para manejar los desafíos económicos, priorizando la estabilidad financiera sin perder de vista los objetivos de crecimiento y desarrollo.