En un contexto económico desafiante, los operadores de casinos en México han intensificado sus peticiones al Gobierno para reducir la carga fiscal que pesa sobre ellos. Estos establecimientos argumentan que la alta tasa impositiva está afectando negativamente sus operaciones e impide un desarrollo más robusto del sector en el país.

Actualmente, los casinos en México enfrentan múltiples impuestos, incluyendo el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que se añade a los gravámenes locales y federales. Según la industria, estas obligaciones fiscales son significativamente más altas que las impuestas a otros sectores de entretenimiento, lo que provoca una competencia desleal.

Un representante de una de las principales cadenas de casinos en el país expresó su preocupación sobre el tema. En una reunión reciente con autoridades gubernamentales, señaló que la situación fiscal actual podría obstaculizar futuras inversiones en el sector.

“No estamos pidiendo exenciones, sino un trato equitativo que nos permita seguir generando empleo y riqueza para el país,” comentó el empresario.

La industria del juego en México ha visto una recuperación paulatina tras los impactos económicos de la pandemia, y las empresas involucradas argumentan que una reducción de impuestos podría acelerar este proceso de recuperación. De hecho, algunos especialistas sugieren que un ajuste fiscal podría traducirse en un aumento de la recaudación a largo plazo, al estimular el crecimiento y expansión del sector.

Sin embargo, el Gobierno se enfrenta al dilema de balancear sus necesidades de ingresos con el apoyo a las industrias locales. Hasta el momento, no se ha anunciado ninguna decisión oficial en respuesta a las demandas del sector casinero, pero las negociaciones continúan mientras se analizan las potenciales implicaciones económicas de cualquier cambio impositivo.