Durante el último trimestre, la construcción de casas nuevas en México experimentó una caída notable, reflejando una desaceleración en el sector inmobiliario que preocupa tanto a constructores como a analistas económicos. Este fenómeno se presenta en un contexto de incertidumbre económica global y cambios en las políticas fiscales y monetarias en el país.
De acuerdo con datos recientes proporcionados por la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (CANADEVI), la edificación de nuevas viviendas se redujo un 15% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta disminución está siendo atribuida a varios factores, incluyendo el aumento en los costos de los materiales de construcción y una menor disponibilidad de financiamiento para los desarrolladores.
Un portavoz de CANADEVI explicó que uno de los principales retos actualmente es el encarecimiento de la materia prima, que se ha visto afectada por la inflación global y las interrupciones en la cadena de suministro. Esto ha llevado a que los proyectos habitacionales se retrasen, impactando directamente en la oferta disponible en el mercado.
“Estamos enfrentando un entorno complicado, no solo por los costos, sino porque las tasas de interés han subido, lo cual limita el acceso al crédito hipotecario para muchas familias. Esto reduce la demanda de nuevas viviendas y, en consecuencia, frena las inversiones en el sector”, declaró.
Este escenario también tiene repercusiones en otros sectores de la economía, como el empleo, ya que la industria de la construcción es uno de los mayores generadores de trabajo en el país. La ralentización de la actividad constructora afecta directamente a miles de trabajadores, poniendo en riesgo su estabilidad económica.
En respuesta, los desarrolladores inmobiliarios han comenzado a buscar nuevas estrategias, como ajustar sus planes de financiamiento y explorar innovaciones tecnológicas que permitan reducir los costos de construcción. Sin embargo, la recuperación dependerá en gran medida de la evolución de las condiciones económicas mundiales y de las políticas locales que fomenten la inversión en vivienda.