El fenómeno de los fraudes de identidad en México ha registrado un incremento alarmante del 137% en el último año, generando preocupación tanto en las autoridades como en las empresas y los ciudadanos afectados. Las cifras divulgadas por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) destacan la creciente sofisticación y frecuencia con que los delincuentes operan en este ámbito.
Uno de los métodos más comunes de fraude consiste en el robo de datos personales a través de engaños cibernéticos, mejor conocidos como phishing. Esta técnica se ha perfeccionado y ahora incluye páginas web y correos electrónicos que imitan a los de instituciones financieras legítimas, con el fin de obtener credenciales bancarias de las víctimas.
De acuerdo con los expertos, el confinamiento y el crecimiento del comercio en línea han facilitado el auge de estas prácticas fraudulentas. La mayor parte de la población ha aumentado sus actividades en línea, lo que ha resultado en una expansión del terreno de acción para los perpetradores de dichos crímenes.
Autoridades y especialistas destacan que una de las principales formas de protegerse contra estos fraudes es la educación financiera y la concientización sobre las medidas de seguridad que deben adoptarse al realizar transacciones en línea. Aunque las instituciones financieras han reforzado sus métodos de seguridad, la responsabilidad también recae en los usuarios, quienes deben estar atentos a las señales de posibles fraudes.
“Es esencial no compartir datos personales en correos o páginas no verificadas”, comentó un vocero de la Condusef. “La prevención es la primera línea de defensa contra estos delitos”.
La Condusef ha instado a las instituciones financieras a mejorar sus campañas informativas y a los ciudadanos a denunciar cualquier actividad sospechosa. Sin embargo, el camino para reducir eficazmente los fraudes de identidad es una tarea conjunta que involucra tanto a las autoridades como a los usuarios.