La suspensión del paro que había sido planeado por los distribuidores de gas LP se confirmó luego de intensas negociaciones entre representantes del gremio y autoridades del Gobierno. La medida, que amenazaba con dejar sin suministro a gran parte del país, fue levantada tras alcanzar varios acuerdos provisionales que esperan satisfacer a ambas partes mientras continúan las discusiones a largo plazo.
Las preocupaciones de los gaseros radicaban principalmente en los precios máximos impuestos por el Gobierno, los cuales consideran insostenibles para sus operaciones. La Cámara Nacional del Autotransporte de Gas LP (CANACAR) expresó que dichas regulaciones afectaban seriamente las ganancias del sector y ponían en riesgo muchos empleos dentro de la industria.
En las negociaciones, el Gobierno se comprometió a revisar periódicamente la metodología para establecer precios máximos, con el objetivo de reflejar más fielmente las condiciones del mercado. Además, se acordó establecer mesas de trabajo mensuales para abordar otros temas relevantes al sector energético, permitiendo un diálogo continuo entre las partes involucradas.
Un representante de los gaseros comentó tras el acuerdo:
“Agradecemos la disposición del Gobierno para escuchar nuestras preocupaciones y buscar soluciones que sean viables para todas las partes. Este es solo el primer paso en un proceso que esperamos sea justo y equitativo para asegurar el suministro de gas sin afectar negativamente a nuestra industria.”
El levantamiento del paro trajo alivio tanto a los hogares como a las empresas que dependen del gas LP para sus actividades diarias. No obstante, la situación plantea interrogantes sobre la viabilidad a largo plazo de la regulación de precios y el impacto en el mercado energético mexicano.
Con el compromiso de seguir trabajando juntos, tanto distribuidores como autoridades buscan mantener un equilibrio que garantice el suministro a precios accesibles sin comprometer la viabilidad económica de las firmas involucradas.