En México, la falta de competencia en distintos sectores económicos está comenzando a impactar directamente a los consumidores, elevando los precios de diversos productos y servicios esenciales. Este fenómeno se ha vuelto particularmente preocupante en áreas como telecomunicaciones, transporte y alimentos, donde un reducido número de empresas dominan el mercado, limitando las opciones para los consumidores y permitiendo incrementos de precios sin mejoras significativas en la calidad o el servicio.
De acuerdo con expertos, un mercado sin competencia efectiva puede llevar a prácticas donde las empresas establecen tarifas elevadas sin temor a perder clientes, ya que las alternativas disponibles son escasas o similares en términos de costo. Esta situación se agrava aún más cuando se trata de bienes y servicios indispensables, donde los consumidores no tienen más opción que aceptar las condiciones impuestas por los proveedores dominantes.
En el sector de telecomunicaciones, por ejemplo, el costo de internet y telefonía móvil ha sido tema de debate en múltiples ocasiones. A pesar de los esfuerzos regulatorios para fomentar una mayor competitividad, aún persisten quejas sobre tarifas excesivas y deficiencias en el servicio. Asimismo, en el ámbito del transporte, las tarifas de vuelos y autobuses son frecuentemente cuestionadas por su falta de competitividad.
Un analista económico señaló: “La falta de competencia es preocupante porque afecta el bolsillo de los consumidores, reduce su poder adquisitivo y limita su capacidad de elección. Es fundamental que se implementen políticas efectivas que rompan con estos monopolios y oligopolios para generar un entorno más justo y equilibrado”.
El panorama tampoco es alentador en el sector alimenticio, donde el control de grandes cadenas sobre la distribución y comercialización ha generado incrementos constantes en productos básicos de la canasta familiar. Este contexto plantea la necesidad de una revisión exhaustiva de las políticas públicas para fomentar una verdadera apertura de mercado que beneficie a los consumidores, incentivando la competencia y reduciendo los precios.