El complejo petroquímico Deer Park, propiedad de Pemex y ubicado en Texas, ha sido escenario de la emisión de 13.5 toneladas de una sustancia gaseosa considerada peligrosa. Este evento ha generado preocupación tanto entre la población local como en las autoridades ambientales estadounidenses, quienes investigan las causas y consecuencias del incidente.
Las instalaciones de Deer Park, adquiridas por Pemex en 2022, son fundamentales para la producción y refinación de productos petroleros destinados a satisfacer la demanda de combustibles en México. Sin embargo, las recientes emisiones de gas han levantado dudas sobre los protocolos de seguridad y mantenimiento que se implementan en dicha planta.
Fuentes cercanas a la operación de la refinería informaron que la fuga podría deberse a un error humano durante un proceso de mantenimiento rutinario, aunque aún no se descartan otras posibles causas. Además, la dependencia de la infraestructura estadounidense para la operación de la refinería ha sido señalada como otro factor de riesgo potencial.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) ha intensificado sus monitoreos para evaluar el impacto del gas fugado en el medio ambiente y en la salud de las comunidades cercanas. De acuerdo con las autoridades, la rápida respuesta de los equipos de emergencia ha sido crucial para minimizar los riesgos.
Pemex se encuentra colaborando con las autoridades locales para aclarar los hechos y determinar las medidas necesarias para evitar futuras emisiones de esta naturaleza.
La preocupación también se ha extendido a niveles gubernamentales en México, donde se discuten posibles implicaciones para las políticas energéticas nacionales y el compromiso del país en materia de sustentabilidad y protección ambiental. Los analistas resaltan la necesidad de implementar mejoras en la gestión y operación de instalaciones críticas para evitar accidentes que podrían tener un costo humano y económico considerable.
A medida que avanzan las investigaciones, tanto habitantes como expertos del sector energético vigilan con atención el desarrollo de este caso, que pone en la mira las condiciones de seguridad y las prácticas operativas de una de las instalaciones más importantes de Pemex en el extranjero.