Dina, la emblemática empresa mexicana dedicada a la fabricación de autobuses y camiones, ha sido a lo largo de los años un reflejo de la complejidad y los retos de la industria automotriz en el país. De acuerdo con Altagracia Gómez, quien ocupa un puesto destacado en la firma, Dina ha enfrentado numerosos desafíos, pero también ha demostrado una resiliencia notable que le ha permitido mantenerse vigente en un mercado altamente competitivo.

Gómez destaca que uno de los factores clave para la supervivencia de Dina ha sido la capacidad de adaptación e innovación en sus líneas de producción. A lo largo de su historia, la empresa no solo ha enfrentado cambios tecnológicos, sino también fluctuaciones económicas y políticas que han afectado a la industria automotriz a nivel mundial. Estos elementos han requerido de la firma un enfoque estratégico constante y una fuerte inversión en investigación y desarrollo.

La directiva reconoce que el camino no ha sido fácil. La competencia con grandes consorcios internacionales ha forjado un entorno donde solo sobreviven las empresas capaces de ofrecer productos de alta calidad a precios competitivos. A pesar de estas dificultades, Dina ha logrado mantener una posición relevante en el mercado gracias a su enfoque en la mejora continua y la atención al cliente.

“Hemos aprendido a trabajar en equipo, a escuchar a nuestros clientes y a responder a sus necesidades con soluciones innovadoras”, afirma Gómez. “Esta mentalidad nos ha permitido no solo sobrevivir, sino también prosperar en un sector tan dinámico como es el de vehículos comerciales”.

En cuanto al futuro, Gómez se muestra optimista sobre las oportunidades que se presentan para Dina. La directiva ve con buenos ojos la transición hacia tecnologías más limpias y sostenibles, una tendencia que está transformando el mercado de transporte a nivel mundial y en la cual Dina está invirtiendo recursos significativos para mantenerse a la vanguardia.