La recaudación tributaria en México ha mostrado señales de desaceleración al cierre de octubre, con un incremento del 5.4% en comparación con el mismo periodo del año anterior, reveló el último informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Aunque el crecimiento sigue siendo positivo, el ritmo al que se han incrementado los ingresos fiscales ha perdido fuerza en meses recientes, lo cual podría tener implicaciones significativas para las finanzas públicas del país.
Según los datos proporcionados por la SHCP, la recaudación total del Gobierno Federal hasta octubre ascendió a 3.92 billones de pesos. Este aumento se ha dado principalmente por el Impuesto sobre la Renta (ISR) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que en conjunto representan el grueso de los ingresos fiscales. Sin embargo, la notable desaceleración en el crecimiento del ISR, que apenas subió un 3%, ha generado preocupaciones entre los analistas.
“La caída en el ritmo de la recaudación era previsible, dado el entorno económico actual caracterizado por una menor actividad económica y una base de contribuyentes que no ha crecido al mismo ritmo que en años anteriores”, según explica Carlos Mendoza, economista jefe de una consultora económica de renombre.
Por otro lado, el IVA mostró un desempeño más sólido, incrementándose un 7.8%, impulsado por el consumo doméstico estable y un uso creciente de plataformas digitales por parte de los consumidores mexicanos, que han ampliado la base de este impuesto. A pesar de ello, el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS), particularmente en combustibles, continúa siendo un componente volátil de la recaudación debido a las fluctuaciones en los precios internacionales de los energéticos.
La SHCP se enfrenta ahora al reto de mantener la estabilidad fiscal mientras navega en un entorno económico global incierto y presiones internas por incrementar el gasto en áreas prioritarias. Ante esto, es crucial que las autoridades consideren estrategias efectivas para ampliar la base tributaria y promover un crecimiento económico más robusto que permita sostener e incluso aumentar la recaudación fiscal en el futuro.