El Gobierno mexicano, encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha decidido no recurrir al mercado financiero para enfrentar la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el corto plazo. En lugar de buscar refinanciamiento a través de emisión de bonos o créditos bancarios, se optará por utilizar recursos provenientes del propio gobierno y algunas medidas internas.
Esta decisión fue confirmada por el Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, quien explicó que la prioridad es mantener la estabilidad de las finanzas públicas del país. Ante la pregunta sobre las estrategias para abordar las obligaciones financieras de Pemex, Ramírez de la O reiteró que no se recurrirá a mercados internacionales para nuevos préstamos.
“No tenemos ninguna intención de ir al mercado para obtener deuda adicional para Pemex”, señaló el Secretario durante una conferencia de prensa en la Ciudad de México.
Pemex enfrenta uno de los niveles más altos de deuda en la industria petrolera a nivel global. Con pasivos que superan los 100 mil millones de dólares, la paraestatal se encuentra en una situación crítica que requiere soluciones urgentes y efectivas. Sin embargo, el gobierno ha optado por un enfoque que busca evitar el incremento de los compromisos financieros del país.
En los últimos años, Pemex ha recibido diversas inyecciones de capital por parte del gobierno federal. Estas medidas buscan estabilizar la situación financiera de la empresa, así como mejorar su capacidad de inversión y producción. Sin embargo, los desafíos continúan siendo significativos, y se espera que la administración de López Obrador siga implementando estrategias específicas para respaldar a la compañía.
A pesar de las críticas de algunos analistas que consideran que no acudir al mercado podría limitar las opciones de maniobra de Pemex, el gobierno insiste en que su estrategia es la más prudente para evitar un incremento indeseado del endeudamiento nacional.