En un contexto de tensiones comerciales y diplomáticas, el ex canciller Marcelo Ebrard advirtió sobre los peligros de entrar en un ciclo de represalias entre México y Estados Unidos. Durante un evento celebrado en la Ciudad de México, Ebrard subrayó la importancia de mantener una relación sana y constructiva con el vecino del norte, subrayando el alto costo que podría tener para ambas naciones un enfriamiento de las relaciones bilaterales.
Ebrard, quien ha estado al frente de negociaciones críticas en el pasado, instó a las autoridades de ambos países a tomar un enfoque más pragmático y menos conflictivo. En sus declaraciones, se refirió a la necesidad de evitar confrontaciones innecesarias que solo sirven para dañar las relaciones comerciales, económicas y políticas que ambos países han cultivado durante años.
“Si nos picamos los ojos es un error”, afirmó Ebrard, enfatizando que más allá de diferencias políticas, deben prevalecer los intereses económicos compartidos. “Ambos países tienen mucho que perder si optamos por una estrategia de enfrentamiento”.
El contexto de sus palabras es importante, ya que varios sectores en México y Estados Unidos han mostrado preocupación por las recientes decisiones comerciales y arancelarias que podrían impactar negativamente a industrias claves, desde la automotriz hasta la agrícola. Analistas han advertido que un incremento en las tensiones podría provocar un deterioro en la inversión y en los flujos comerciales, afectando a millones de personas en ambos lados de la frontera.
Asimismo, Ebrard recordó que la colaboración en temas como la seguridad, la migración y el cambio climático es crucial. Insistió en que enfrentar de manera conjunta estos retos globales es fundamental para el desarrollo y el bienestar de las dos naciones.
Con su experiencia en relaciones internacionales, Ebrard hizo un llamado a los líderes de ambas naciones para encontrar puntos de convergencia en lugar de centrarse en las diferencias. Su mensaje resonó en un momento crítico en el que la diplomacia y el diálogo se presentan como herramientas esenciales para gestionar las complejidades de la relación entre México y Estados Unidos.