Según Stephan Keese, socio director de Roland Berger en Estados Unidos, es totalmente lógico que las empresas chinas se enfoquen en el mercado mexicano. Es el más grande de la región y su presencia persigue tres objetivos. Primero, aumentar su participación en el mercado local, algo que ya están logrando. En segundo lugar, facilitar el acceso y mejorar el servicio a otros países vecinos como Costa Rica, Perú y Chile mediante una cadena de suministro local y una red de posventa, que ha sido un punto débil importante.
A largo plazo, las empresas chinas también tienen en la mira el mercado estadounidense y, eventualmente, encontrarán la manera de incursionar en él. No obstante, Keese resalta que el enfoque de las compañías chinas es a largo plazo, considerando esto un proyecto de 10 a 15 años.
“Veremos un aumento continuo de la fabricación en México de marcas chinas, con cada vez más empresas estableciéndose aquí. Sin embargo, esto no garantizará un éxito automático. Existe actualmente un ciclo de moda donde los consumidores se sienten atraídos por vehículos bien equipados y de bajo costo en comparación con los equivalentes estadounidenses o europeos. Aun así, con el tiempo, reconocerán desventajas en la posventa y la calidad del servicio, lo cual es una curva de aprendizaje natural”, explica Keese en una entrevista con Expansión.
Respecto a la consolidación de estas empresas, hay ejemplos en Brasil y Colombia. Según Keese, los chinos ingresaron a Brasil alrededor de 2010 y aún no han logrado consolidarse completamente, debido a su economía cerrada. En contraste, Colombia, con una economía más abierta, tardó entre cinco y ocho años en adaptarse.
En el caso mexicano, Keese opina que la situación se asemeja más a la de Colombia por su economía abierta y una cadena de suministro establecida, además de una buena aceptación de las marcas chinas.
Sin embargo, un factor incierto es cómo reaccionará el gobierno estadounidense ante la inversión china. El gobierno de Joe Biden ha mostrado mayor rigidez hacia China, especialmente en el sector automotriz, aplicando impuestos elevados y proponiendo restricciones en software y hardware chino.
China busca expandir su presencia en México y otros mercados como el sudeste asiático, Medio Oriente, Europa, y América del Sur y Central. Marcas chinas como Chirey, GWM, BYD y MG han manifestado su interés en establecer plantas en México, aunque aún sin pasos concretos.
A pesar de esto, hacer negocios en México sigue siendo un reto. Una encuesta de Deloitte revela que el 75% de los encuestados percibe el entorno de negocios como complicado, especialmente en relación con los proveedores locales y temas laborales. El 78.6% ve a los proveedores locales como una desventaja, mientras que el 65.7% refleja preocupaciones similares sobre barreras laborales, idioma y productividad.