En una decisión esperada por muchos analistas, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) decidió recortar su tasa de interés por segunda vez consecutiva. Esta medida busca estimular la economía en medio de preocupaciones crecientes sobre una desaceleración global y tensiones comerciales prolongadas.
Este ajuste baja la tasa de referencia en un cuarto de punto porcentual, colocándola en un rango de entre 1.75% y 2.00%. El Federal Open Market Committee (FOMC), el comité encargado de fijar la política monetaria, votó a favor de esta reducción con una mayoría clara, aunque no unánime. La decisión refleja las preocupaciones del organismo sobre el panorama económico global y la falta de presiones inflacionarias en el mercado doméstico estadounidense.
La FED explicó en su comunicado que la decisión se basa en “las implicaciones de los desarrollos mundiales para el panorama económico y en las presiones inflacionarias contenidas”.
La medida se vio impulsada por varios factores, incluyendo la incertidumbre generada por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, así como signos de desaceleración en economías importantes como la europea y la china. Estas circunstancias han llevado a los bancos centrales de todo el mundo a considerar ajustes en sus políticas monetarias.
La FED también ha estado bajo presión doméstica, con el presidente Donald Trump criticando repetidamente al banco central por mantener tasas de interés demasiado altas. Trump ha argumentado que tasas más bajas son necesarias para apoyar el crecimiento económico en vista de los retos globales actuales.
A pesar de este segundo recorte consecutivo, la FED ha indicado que sus futuras decisiones se harán con precaución y basadas en la evolución económica. Los miembros del FOMC señalaron que seguirán monitoreando de cerca las cifras económicas y estarán preparados para ajustar la política monetaria según sea necesario para mantener la expansión económica.