En una jornada volátil para los mercados cambiarios, el peso mexicano sufrió una depreciación significativa, alcanzando su nivel más bajo desde septiembre de 2022. La moneda nacional se cotizó por encima de las 20 unidades por dólar, lo que representa una pérdida acumulada de valor en las últimas semanas.
La incertidumbre económica mundial ha jugado un papel importante en esta depreciación. Los inversionistas han buscado activos más seguros, como el dólar estadounidense, en medio de preocupaciones sobre las políticas monetarias de los principales bancos centrales y el desempeño económico global. Esta búsqueda de refugio ha puesto presión sobre monedas de mercados emergentes, incluido el peso mexicano.
“La fortaleza del dólar ha sido un factor determinante en la reciente debilidad del peso. Además, las expectativas de mayores tasas de interés en Estados Unidos han intensificado esta tendencia”, comentó un analista financiero de un banco reconocido en México.
Por su parte, el Banco de México ha intentado contrarrestar estas presiones a través de políticas monetarias que brinden estabilidad. Sin embargo, el impacto de factores externos, como las fluctuaciones en los precios internacionales del petróleo y las tensiones comerciales, ha complicado la tarea de las autoridades mexicanas.
El mercado cambiario también está atento al desarrollo de la economía nacional. Aunque México ha mostrado signos de recuperación tras la pandemia de COVID-19, los analistas advierten que aún existen desafíos importantes por afrontar, como la inflación y la debilidad en ciertos sectores productivos. La coyuntura política interna y la cercanía de las elecciones también generan incertidumbre económica, lo que contribuye a la volatilidad del peso.
“Es crucial que las autoridades mantengan políticas macroeconómicas prudentes y que se fortalezcan las medidas para atraer inversión extranjera directa. La estabilidad del peso es fundamental para la confianza de los inversionistas”, concluyó el experto.
A medida que los mercados globales se estabilizan, se espera que las monedas emergentes, como el peso mexicano, encuentren un punto de equilibrio. Sin embargo, el entorno actual sugiere que esta volatilidad podría prolongarse en el corto plazo.