Un reciente estudio ha revelado que los trabajadores que desempeñan sus funciones de manera presencial presentan niveles de estrés significativamente más altos en comparación con aquellos que trabajan de forma remota o en un formato híbrido. La investigación, que tomó en cuenta a empleados de diversas industrias en México, destaca un fenómeno que ha cobrado importancia tras la pandemia de COVID-19 y la expansión del trabajo a distancia.
En el contexto actual, donde la flexibilidad laboral se ha convertido en una de las principales demandas de los trabajadores, las empresas se enfrentan al reto de equilibrar las necesidades operativas con el bienestar de su personal. La modalidad presencial tradicional, que en su momento fue vista como la norma indiscutible, ahora es vista por muchos como una fuente de tensión adicional debido a factores como el tiempo de traslado, las distracciones en el lugar de trabajo y la rigidez de los horarios.
Un empleado consultado comentó:
“Antes de la pandemia, el ir y venir del trabajo era una rutina a la que estaba acostumbrado, pero ahora, después de haber experimentado el trabajo remoto, el retorno a la oficina se siente mucho más agotador y estresante.”
El estudio también resalta que el estrés no solo afecta al desempeño laboral, sino que también tiene repercusiones en la salud mental de los empleados, aumentando el riesgo de agotamiento y disminuyendo la satisfacción laboral. Esta situación lleva a muchas empresas a reconsiderar sus políticas y explorar opciones más flexibles, como semanas laborales comprimidas o modelos híbridos, con el objetivo de retener el talento y mejorar el ambiente laboral.
A pesar de los desafíos que esto supone, algunas organizaciones están adoptando nuevas tecnologías y metodologías para facilitar el trabajo colaborativo a distancia, reduciendo así la necesidad de estar físicamente presentes en la oficina.
En última instancia, la decisión sobre el formato de trabajo preferible dependerá en gran medida de cada empresa y de la naturaleza de su operación, pero los hallazgos del estudio subrayan la importancia de tomar en cuenta el bienestar del personal al diseñar políticas laborales futuras.