El flujo de remesas que ingresó a México durante septiembre experimentó una caída del 4.6% en comparación con el mismo mes del año anterior. Esto contrasta con los resultados de agosto, cuando las remesas mostraron un crecimiento interanual del 9.3%.
La disminución en el número de operaciones, mayormente provenientes de Estados Unidos, fue del 0.9%, resultando en un aproximado de 14 millones de transacciones. Además, el valor promedio por cada envío también se vio reducido, descendiendo un 3.8% hasta situarse en 388 dólares.
El entorno político estadounidense, que se encuentra en un periodo crucial debido a las elecciones programadas para el próximo martes, podría ser un factor determinante en el comportamiento futuro de las remesas. La campaña de Donald Trump se ha caracterizado por su postura de restringir los cruces fronterizos y aumentar las deportaciones. En contraposición, una potencial administración liderada por Kamala Harris buscaría aprobar una ley bipartidista enfocada en reformar el proceso de asilo y limitar el permiso de permanencia temporal de los inmigrantes.
Estos cambios en las políticas migratorias de Estados Unidos podrían tener un impacto significativo no solo en la vida de los migrantes, sino también en las economías centroamericanas, que dependen en gran medida del dinero enviado desde territorio estadounidense.
La incertidumbre política añade un nivel de complejidad para aquellas familias en México que dependen de las remesas para cubrir sus necesidades básicas y sustentar su calidad de vida. Ante este entorno inestable, es crucial que los expertos y las autoridades estén atentos a cómo se desenvuelven las políticas migratorias tras las elecciones, ya que cualquier cambio podría influir significativamente en la economía de la región.