Protege tus inversiones contra la inflación para que, aunque estas aumenten de valor, su poder adquisitivo no se vea erosionado. Existen estrategias para cubrirte de los efectos inmediatos de la inflación o para obtener un rendimiento que supere la inflación a largo plazo, aunque predecir esto puede ser complicado.
Los rendimientos después de la inflación son los que realmente importan, como señala Robinson Crawford, asesor de inversiones en Montebello Avenue. Incluso si la inflación está aumentando con menos rapidez de lo previsto, es mejor estar preparado. Un portafolio de acciones bien diversificado es una de las coberturas más consistentes contra la inflación.
Históricamente, las acciones han superado a la inflación, dice Sean C. Gillespie, planificador financiero en Redeployment Wealth Strategies. Aunque hay volatilidad inherente en un portafolio de acciones, las acciones son un activo a largo plazo, al igual que la inflación es una amenaza a largo plazo. Una estrategia a considerar es la de retorno total, que confía en las acciones para ofrecer rendimientos positivos ajustados a la inflación a largo término.
Sin embargo, como advierte Dejan Ilijevski, asesor de inversiones en Sabela Capital Markets, al invertir en acciones hay que asumir más riesgo y soportar períodos donde los rendimientos no superan a la inflación. Aunque algunos asuman que una inflación más alta conduce a un menor rendimiento de las acciones, la historia del mercado estadounidense muestra que los rendimientos anuales nominales de las acciones no están relacionados con la inflación.
El oro y los productos básicos han sido refugios comunes frente a la inflación. Según Stephanie Bucko, analista financiero y cofundadora de Mana Financial Life Design, “tradicionalmente, los productos básicos y el oro han sido buenos coberturas contra la inflación”. Aunque es crucial considerar la fortaleza del dólar estadounidense en esta ecuación. “Nos gusta la exposición al petróleo, ya que impacta a nuestros clientes diariamente en cuanto a precios de gasolina, pero también proporciona una buena cobertura contra la inflación”, añade Bucko.
El mercado de productos básicos puede ser complejo y arriesgado para quienes no están familiarizados con él. Según Ilijevski, “los productos básicos son volátiles, más que las acciones, lo que significa que al agregarlos a un portafolio podría aumentar la volatilidad real de los rendimientos, anulando los beneficios de la cobertura”.
El sector inmobiliario es el activo duro por excelencia en tiempos de inflación, ya que suele apreciar su valor. Los asesores financieros sugieren incluir bienes raíces en un portafolio, ya sea mediante la propiedad directa de inmuebles comerciales o residenciales o a través de fondos de inversión en bienes raíces (REITs).
Los bonos a corto plazo y los Títulos de Tesorería Protegidos contra la Inflación (TIPS) son inversiones que actúan como cobertura contra la inflación. “Cubrirse significa buscar clases de activos que tengan una correlación positiva con la inflación”, afirma Ilijevski. Los TIPS, emitidos por el gobierno, ajustan su valor en función del Índice de Precios al Consumidor, aumentando el valor del principal y, por ende, los pagos de intereses en respuesta a la subida del IPC.
Crawford apunta que “los TIPS definitivamente merecen un lugar en el portafolio de un inversionista estadounidense, especialmente aquellos con tenencias significativas de bonos. El principal problema es que su valor incrementa en conjunto con el IPC, que muchos considerarían una medida inexacta de la inflación”.