En el tercer trimestre del año, la economía mexicana experimentó un crecimiento del 1%, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este incremento se produce en un contexto de recuperación, tras los desafíos económicos impuestos por la pandemia y otros factores externos que han influido en la economía mundial.
El sector servicios, que es uno de los motores principales de la economía mexicana, mostró un desempeño sólido al registrar un aumento del 1.2%. Este sector ha sido un pilar clave en la reactivación económica, impulsado por una mejora en el consumo interno y el aumento en actividades vinculadas al turismo y el comercio. En este sentido, un representante del INEGI destacó la importancia del sector terciario para el impulso económico y señaló:
“El crecimiento en el sector servicios refleja la confianza de los consumidores y las empresas, así como una mejora en las condiciones económicas del país.”
Por otro lado, el sector industrial también reportó avances, aunque de manera más moderada, con un aumento del 0.8%. Este incremento se debió principalmente a la recuperación en la manufactura, particularmente en la industria automotriz, que ha visto una mejora en la producción y exportaciones, pese a las dificultades en las cadenas de suministro globales.
Aunque las cifras son alentadoras, algunos analistas advierten que persisten varios desafíos. La inflación sigue siendo una preocupación, así como las fluctuaciones en los precios de los energéticos. Además, el panorama económico global, especialmente los conflictos geopolíticos y las decisiones de política monetaria de grandes economías, continúa generando incertidumbre.
No obstante, las autoridades mexicanas mantienen una perspectiva positiva para el cierre del año, confiando en que las políticas implementadas y los estímulos fiscales contribuirán a mantener el ritmo de crecimiento y fortalecer la resiliencia económica del país.