La inversión en infraestructura es crucial para el desarrollo económico de un país, y en México no es la excepción. Expertos han advertido sobre la necesidad de mantener y, de ser posible, incrementar la inversión en este sector, que es fundamental para mejorar la competitividad y atraer más inversiones extranjeras.
En recientes declaraciones, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) subrayó la importancia de no dejar rezagada la inversión en infraestructura. Señalaron que durante los últimos años, el impulso a este sector ha tenido altibajos, lo cual podría afectar el crecimiento económico sostenible del país.
“Es fundamental que el gobierno federal trabaje conjuntamente con el sector privado para garantizar que los proyectos de infraestructura sigan adelante. La colaboración público-privada es clave para afrontar los desafíos actuales y futuros”, comentó uno de los representantes del IMEF.
Además, mencionaron que el enfoque no debe limitarse únicamente a grandes proyectos visibles, sino también a aquellos que impactan directamente en la vida cotidiana de los ciudadanos, como la mejora de carreteras, hospitales y escuelas. Esto no solo genera empleos, sino que también mejora la calidad de vida y proporciona las bases necesarias para un crecimiento económico a largo plazo.
“El impulso a la infraestructura tiene múltiples beneficios, desde la creación de empleos hasta la atracción de inversiones extranjeras. Es una estrategia que, bien implementada, puede generar un círculo virtuoso de desarrollo económico”, añadieron los expertos.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han señalado su intención de priorizar ciertos proyectos clave en los próximos años, sin embargo, los detalles sobre cómo se implementarán aún no se han especificado. La comunidad empresarial y analistas económicos esperan que este compromiso se traduzca en acciones concretas que aseguren el crecimiento equilibrado y la competitividad del país en la arena internacional.
En resumen, asegurar una inversión robusta en infraestructura es esencial para la prosperidad económica de México, y tomar medidas proactivas al respecto podría hacer la diferencia entre el estancamiento y el progreso.