En años recientes, el comercio de Estados Unidos con los países asiáticos ha registrado un crecimiento más acelerado que el intercambio comercial con México, lo cual ha generado un cambio notable en las dinámicas comerciales. Este fenómeno responde a múltiples factores que van desde la búsqueda de nuevos mercados hasta el cambiante panorama geopolítico y económico global.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos ha destacado que, en la última década, las economías asiáticas han jugado un rol crucial en el aumento de las exportaciones e importaciones estadounidenses. Particularmente, países como China, Vietnam e India han fortalecido sus lazos comerciales con la economía más grande del mundo, impulsados por la demanda de productos tecnológicos, textiles y maquinaria.
Mientras tanto, aunque México sigue siendo un socio comercial importante para Estados Unidos, el crecimiento del comercio ha sido menos impresionante. El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha proporcionado estabilidad y beneficios mutuos, pero no ha alcanzado las tasas de crecimiento observadas en la relación con Asia. Esto ha llevado a algunos analistas a reevaluar las estrategias comerciales de México para diversificar sus mercados y no depender exclusivamente de su vecino del norte.
Un experto en comercio internacional comenta que la reconfiguración de las cadenas de suministro globales está en parte influyendo en estas tendencias.
“La pandemia y las tensiones geopolíticas han acelerado un proceso de diversificación de las cadenas de suministro. Las empresas buscan reducir su dependencia de una sola región y aprovechar las ventajas competitivas de otras economías emergentes”, subraya el especialista.
A pesar de estos cambios, los vínculos económicos entre México y Estados Unidos se mantienen sólidos, fortalecidos por su proximidad geográfica y las relaciones históricas. No obstante, para algunos sectores de la economía mexicana, el desafío es cómo adaptarse y capitalizar las oportunidades en un escenario global cada vez más interconectado y competitivo. El enfoque estratégico y la capacidad de adaptación serán cruciales para enfrentar esta nueva era de relaciones comerciales.